miércoles, 17 de diciembre de 2014

EL GRAN SANTUARIO RUPESTRE DE BASCARRABAL (ÁVILA)

Gran cuenco-altar de Bascarrabal, desde el Este. 



Se halla en la dehesa de Bascarrabal, finca sita entre la ciudad de Ávila y la localidad de la vecina localidad de La Colilla, en lo alto de un promontorio rocoso situado en el punto de coordenadas 40º, 39´10" N, 4º, 44´12" W. Un gran santuario rupestre, obra de las gentes que entre el tercer y primer milenio a. C. (3.000 a 600), ocuparon este lugar, según parecen atestiguar los restos arqueológicos encontrados.


Vasijas cerámicas procedentes de los yacimientos 
de Bascarrabal (Museo de Ávila).

GRAN ALTAR DE SACRIFICIOS. El elemento más importante, grandioso y original de los que constituyen el santuario se halla unos metros al sur del promontorio: un gran altar de sacrificios apto para inmolar grandes animales e incluso seres humanos. Una gran roca de 3 m. de largo, 2,5 de ancho y 2,5 de alto, la cual presenta una gran concavidad natural en la cual se pudieron realizar los sacrificios.


Parte superior del gran altar de sacrificios del santuario de Bascarrabal.

Parte oeste del gran altar desde el cual ofrece cierta forma faloide.

Escotadura. Otra inconfundible huella de la intervención humana en esta piedra sagrada que confirma la función cultual que desempeñó es una escotadura horizontal situada en su parte oeste, justo por debajo de la canal de desagüe. Una incisión redondeada de 20 cm. de longitud, 6 de anchura y 2 de profundidad destinada al acople en ella de una vasija receptora de los líquidos, sangre seguramente, procedentes de la parte superior de la roca.


Detalle del canal de desagüe del altar. 
Detalle de la escotadura horizontal redondeada situada
bajo el canal de desagüe.


Representación de la forma en que se recogían los líquidos,
sangre supuestamente.


Pareja de piedras, que debieron servir de gradas para 
facilitar el acceso a la parte superior del altar.


Una excepcional piedra ritual por su tamaño, características y por ser, seguramente, la más antigua y grandiosa de este estilo encontrada en nuestra provincia y posiblemente en España. 

Posible piedra ritual. Una decena de metros al oeste de los anteriores elementos existe una curiosa y alargada piedra caballera, de unos dos metros de largo y menos uno de ancho que, además de una curiosa forma de pie, presenta en su extremo oeste una perfecta y profunda cazoleta de muy probable finalidad ritual.


Curiosa piedra caballera con forma de pie y cazoleta, ritual probablemente.

Probable cazoleta ritual sobre la piedra caballera
con forma de pie.
Cerámicas realizadas a mano, lasca, pequeño molino de mano y tres piedras más,
posibles utensilios líticos de finalidad doméstica o industrial,
hallados junto a los anteriores elementos.


SEGUNDO ALTAR. El segundo elemento en importancia de este santuario es, seguramente, un altar situado unas decenas de metros al norte, en lo alto del promontorio referido al principio. Un inconfundible y original altar rupestre: una roca de sección redondeada de 3,3 m. de largo, 2,1 de ancho y más de 1 de alto en cuya parte alta, lisa e inclinada en sentido ascendente hacia el Sur, se han labrado: un rebaje semicircular, de 1,2x0,9 m. de amplitud y 6-16 cm. de profundidad; y, en su centro, una cazoleta ritual de 7 cm. de diámetro y 2 de profundidad. 


Aspecto del segundo altar del santuario con rebaje semicircular y cazoleta.


ROCA RITUAL. Junto al anterior altar, unos metros al oeste, se halla un tercer elemento de muy probable finalidad ritual. Una roca con su eje mayor orientado en sensible dirección Este-Oeste, sobre la cual se ha practicado una burda pileta circular de 30 cm. de diámetro y 8 de profundidad; y en su costado norte, una serie de escotaduras de distintas formas y tamaños: tres, situadas en dirección Este-Oeste, en el costado norte junto a la pileta; una pequeña, en la parte este; otras dos, hacia el extremo oeste de la roca, alineadas en este mismo sentido; y alguna más por otras partes. 



Descartada la posible finalidad doméstica o industrial de tales elementos, y dado el lugar donde se halla, lo más probable es que cumpliese una función cultual aunque no sepamos cuál exactamente.


Aspecto general de la gran roca con pileta superior y
escotaduras laterales.
Trío de escotaduras semiesféricas laterales.
Añadir sobre estos dos últimos elementos que seguramente estuvieron relacionados con el gran altar de sacrificios mencionado en primer lugar del que podría proceder la sangre utilizada para realizar los rituales en éstos, de igual forma a cómo lo hacían otras gentes de su tiempo, caso del pueblo hebreo, por ejemplo, que tras inmolar al animal frente a la puerta de la reunión del Tabernáculo recogían su sangre para regar con ella el gran altar de los holocaustos que se encontraba en el exterior; esparcirla, mezclada con agua y con ceniza sobre las personas; e introducirla en el lugar Santísimo del tabernáculo para realizar los ritos de absolución de los pecados.


POSIBLE ESCOTADURA Y CAZOLETA RITUALES. Seis centenares de metros al noreste de los elementos anterior, en lo alto de un pequeño promontorio de 1.156 m de cota, cuya parte suroeste muestra una cantera, hallé una curiosa y profunda escotadura, con una parte recta y otra curva, de casi 1 metro de longitud, unos 10 cm de anchura y 5-25 cm de profundidad a la cual acompañaba en la parte más alta del lado suroeste una curiosa cazoleta ovalada de 8-15 cm y 6 de profundidad, ambas de indiscutible obra humana. 


Aspecto general, desde el Sur, de las rocas donde se halla la escotadura y cazoleta
Detalle de la escotadura y cazoleta desde el Sur.
Como se ha dicho, es verdad que el lugar ha sido alterado en tiempos relativamente recientes pero también lo es que con mucha frecuencia los canteros han reconocido y respetado las cosas que han considerado antiguas y este podía ser uno más de estos casos. Eso, el que en toda la zona existan restos arqueológicos correspondientes a la Prehistoria, las características de los elementos en cuestión, y el que aquellas gentes escogiesen estos promontorios para realizar sus prácticas rituales los que hacen que, muy probablemente, se traten efectivamente de dos nuevos elementos de culto rupestre. 


POSIBLE ALTAR. Seis centenares de metros al este del elemento anterior, junto al camino que desde el Puente Adaja intercepta con la carretera a Martiherrero y Muñico, existe una pequeña roca de metro y medio de altura con una cavidad ovalada de unos 50x35 cm de diámetro y 30 de profundidad, que presenta una escotadura de desagüe hacia el sur, que hace años fue considerada como un altar rupestre pero que seguramente tan sólo se trata de uno de tantos elementos curiosos obra de la naturaleza pues no existen en ella vestigios evidentes de la acción humana.


Posible altar en el cerro de San Mateo.







lunes, 15 de diciembre de 2014

LAS PIEDRAS SAGRADAS DEL CASTRO DE "El RASO DE CANDELEDA"

El castro de El Raso, correspondiente al Hierro III (dos siglos anteriores a Cristo), se halla dos kilómetros al noroeste de la abulense localidad de El Raso, próxima a la de Candeleda, en un espolón orientado al sur denominado Cabeza de la Laguna. 

ALTAR DEL FREILLO. Cuando en 2006 acudí a este lugar en busca de las posibles piedras sagradas el único elemento de probable finalidad ritual rupestre conocido era una roca situada extramuros al norte del castro, junto al arroyo Freillo, de la cual se decía: “Para algo similar (a los sacrificios humanos), pudo haber servido en El Raso una gran roca que se halla muy cerca del poblado, hacia el Norte, fuera del recinto fortificado, en cuya parte superior se ha labrado una gran oquedad, capaz de albergar en su interior a una persona, y abierta por su nivel más bajo para evitar la retención del líquido, permitiendo su rápida salida al exterior, donde caería directamente a la tierra. (...) Es vulgarmente conocida como el exprimijo. Por hallarse junto al manantial más abundante del poblado, pensamos si podía haber tenido alguna relación ritual con él, pero el número de interrogantes que se presenta es muy grande y difícil de contestar” (F. Fernández Gómez, "Celtas y Vettones", Diputación Provincial de Ávila.  

Altar del Freillo.

Y allí estaba, efectivamente, aquel elemento, una auténtica pila sacrificial: irregular de 1,6 m. de largo, 0,5 de ancho máximo, y 0,1-0,3 de alto, tallada en una piedra de 1m de alto; con una especie de respaldo trabajado por la mano humana y una estrecha y alta escotadura de salida de líquidos del lado contrario.



Un altar de sacrificios, sin ninguna duda, donde serían inmolados animales y personas con el objeto de obtener el favor de los dioses, conformarles, realizar predicciones, etc. Probablemente los cuerpos de las víctimas se situarían en la pila con las cabezas a la altura del respaldo, en ideal posición para ser degolladas. Su sangre saldría por la escotadura delantera e iría a caer al suelo. Otra posibilidad, si se tratase de una predicción o vaticinio, es que se tendiese a la víctima sobre la pila procediendo el sacerdote a abrirla las venas de los costados o incluso sus entrañas para aoscultar sus vísceras, del modo como dicen los romanos solían hacer algunos pueblos celtiberos.



SANTUARIO RUPESTRE DE “EL CHARCAZO”. 


Aunque documenté varios elementos de interés en el interior del castro, el más monumental e impresionante descubierto en este lugar es el gran altar rupestre de EL CHARCAZO.

Altar de El Charcazo desde el oeste.

Faustino, el guarda del castro, me advirtió de su presencia: una roca situada tres centenares de metros al sureste del castro (camuflada entre viñas, cerezos, sarmientos, musgos, y hasta bidones metálicos), que "podía ser algo". 



Y vaya si lo era, un impresionante, originalísimo e inequívoco altar de sacrificios, labrado sobre una enorme roca amorcillada, que integra dos superficiales pilas con escotaduras de desagüe, varias decenas de hoyuelos; incisiones y talladuras, etc.

Altar de El Charcazo desde el Este.
Representación gráfica de los elementos del altar.


Un altar o más bien un santuario que extendió su vigencia a la época romana pues embutida en una pequeña construcción, inmediata a este lugar, se encontró un ara romana con la inscripción EBVREIN - IVS.ORVN - DI.F.CARA - ECIQVAELI- COVSML, que, según Emilio Rodríguez Almedia, significa: “Ebureinio, hijo de Curundo, de los caraecicos, cumple con gusto su voto a Vélico”. 

Ara dedicada a Vaélico (Museo Provincial de Ávila).


El nombre de "Charcazo" con que se identifica este lugar procede de una charca antaño existente en este lugar que fue disecada hace bastantes años. 



También hallé en este lugar, integradas en un montón, varias piedras con curiosos petroglifos entre las que destaca una de tono negruzco, con cierta forma de zoomorfo vettón (verraco), que presenta numerosas incisiones que adoptan curiosas formas incluida las antropomorfas. La existencia de asentamientos y pinturas pertenecientes al Bronce en territorios muy cercanos hace probable el que este lugar sagrado haya alargado su vigencia desde este tiempo hasta la probada época romana, esto es, durante más de un milenio. 

Piedra negruzca con de aspecto zoomorfo con petroglifos.

ELEMENTOS INTRAMUROS. En el interior del castro hallé varios elementos de muy probable finalidad mágico-ritual, entre los que se encuentran:

Varias rocas con hoyuelos y cazoletas:



Roca con dos profundas cazoletas
Roca con Cazoletas y hoyuelos
Representación gráfica de los elementos anteriores.

Probable altar


Petrozoomorfo. Roca con forma de cabeza de tiburón con una pila en una de sus caras que en su conjunto pudo constituir un altar.

Petrozoomorfo


Petroglifo: 



Tras el gran altar de El Charcazo lo considero el elemento más importante de los que descubrí en este castro. Un hallazgo excepcional pues, que yo conozca, es el primero encontrado en los castros del Hierro de la provincia de Ávila. Aunque es probable que no fuese obra de las gentes del Hierro III que levantaron este asentamiento sino de las gentes del Bronce que ocuparon el territorio durante los siglos anteriores. 


Se halla en la parte alta del castro por encima de la carretera que lo atraviesa y su significado es una incógnita pues se trata de un petroglifo abstracto o ideológico.

Petroglifo
Representación gráfica del petroglifo.























sábado, 13 de diciembre de 2014

LAS PIEDRAS RITUALES DEL CASTRO DE “LA MESA DE MIRANDA”

Aspecto del tercer recinto del castro de la Mesa de Miranda.

El castro de la Mesa de Miranda se encuentra 24 Km. al oeste de Ávila, en el término de la abulense localidad de Chamartín de la Sierra desde el cual parte un camino hacia el norte, apto para vehículos, que conduce hasta la misma puerta del castro.

Cuando en 2004 realice mi investigación en este lugar, sobre su posible ritualidad rupestre tan solo se conocía la reiterada afirmación (Francisco Marco Simón, “Celtas y Vettones”, por ejemplo), de que “en el castro de la Mesa de Miranda se atestiguan cazoletas rituales”, ¡¿?!

Piedra con supuestas cazoletas rituales que halló Cabré
y Molinero (Museo de Ávila).
 Cuando en 2004 realice mi investigación en este lugar, sobre su posible ritualidad rupestre tan solo se conocía la reiterada afirmación (Francisco Marco Simón, “Celtas y Vettones”, por ejemplo), de que “en el castro de la Mesa de Miranda se atestiguan cazoletas rituales”, ¡¿?!

Cazoletas que resultaron ser las que durante las primeras campañas de excavación del castro, en la década de de 1930, encontraron Cabré y Molinero en las inmediaciones de la puerta occidental del recinto primero: una pequeña piedra plana de 50 cm. de alto, 32 de ancho y 11 de grosor, con 16 cazoletillas en una de sus caras cuyos tamaños oscilan entre los 5-6 cm. de diámetro y 3-4 de profundidad, cuya fotografía tuve la ocasión de ver por primera vez, a mediados del mes de octubre de 2004, en el aula arqueológica de Chamartín de la Sierra. Esta piedra, que durante algún tiempo se creyó perdida, se halla en el Museo de Ávila (sala IV, la Edad del Hierro) con un letrero que dice “piedra para machacar minerales” ¡¿?! 

NUEVOS ELEMENTOS. Tras varias visitas en el propio recinto del castro y alrededores identifiqué numerosos elementos de muy posible finalidad mágico-ritual rupestre, algunos de los cuales expongo en esta nueva entrada.   

Conjunto de cazoletas. Se halla en un promontorio rocoso del conocido como recinto tres (supuesto encerradero de ganados pero que estuvo destinado a la ocupación humana). Un extraordinario conjunto de cazoletas rituales sobre una roca en posición inclinada de 3 metros de longitud y más de 1 anchura, separada de otra mayor unos centímetros.

Roca con cazoletas en el recinto tres del castro.
Representación gráfica de la distribución de los elementos.
Presenta más de 25 cazoletas de 4-9 cm. de diámetro y 1-5 de profundidad, entre las que destacan dos de las que parten sendos canalillos, que bien podrían representar un planetario, como propuso Luis Benito del Rey cuando, en mi compañía, visitó el lugar. Una representación estelar en que las dos cazoletas mayores, de las que parten los referidos canalillos, podrían simbolizar cometas o estrellas fugaces.

Tampoco se debe descartar el que estos elementos pudiesen tener relación con la sexualidad, pues las dos cazoletas mayores podrían representar unos testículos, y los dos canalillos que desde éstas se dirigen a la cazoleta superior, un falo.  
Y aún podría tratarse de otro tipo de representación, tener otra finalidad, pero sea como fuese este elemento, mágico-ritual sin ninguna duda, es uno de los más curiosos e interesantes de la provincia de Ávila y también uno de los primeros documentados.  

SANTUARIO RUPESTRE DEL CERRO DE LAS NAVAS.

El cerro de las Navas se halla unos centenares de metros al sur del castro. Se identifica fácilmente porque en su rocosa cima se ha instalado un mirador artificial desde el que se divisa el castro y la necrópolis situada entre ambos. Un lugar idóneo para establecer un “SANTUARIO RUPESTRE”.

Los elementos de presumible finalidad ritual hallados en este lugar, divididos en DOS NÚCLEOS,  son los siguientes:

Cima del cerro de las Navas y mirador artificial.
 Altar petrozoomorfo. Es uno de los elementos más curiosos e importantes del santuario. Se encuentra en lo alto del cerro, al pie de la gran roca que lo corona. Una piedra de 1 m. de altura y otro de diámetro, de forma parecida a un AVE posada o a una TORTUGA. Una de esas piedras que parecen creadas por la propia divinidad por cuyo motivo fueron elegidas por las antiguas culturas para establecer en ellas sus lugares sagrados.

Además de su forma, la piedra presenta en su parte alta un rebaje circular de 0,6 m. de diámetro y 10 cm. de profundidad y, en su centro, una profunda cazoleta ritual de 14 cm. de diámetro y 7 de profundidad. La cabeza del supuesto animal se dirige al norte, donde se encuentra la necrópolis y el castro.

Altar petrozoomorfo en el santuario de las Navas.
Segundo altar. Se halla, tres metros al norte del anterior, elevado 60 cm del suelo: dos pilas sensiblemente circulares, de posible origen natural, de cuarenta y treinta cm de diámetro; y dos profundas cazoletas de inconfundible factura humana, de 9 y 7 cm de diámetro y 6 de profundidad; elevadas.

Primer plano del segundo altar. 
Unos metros al este de este altar, en lo más alto de la roca, existe una pileta ovalada obra de la naturaleza y del hombre, de 45-55 cm. de diámetro y 10 de profundidad, que pudo estar destinada a la práctica de rituales cruentos o bien al quemado de los restos de las posibles víctimas sacrificadas en los anteriores altares o al pie de la gran roca donde se encuentran todos los elementos referidos.

El SEGUNDO NÚCLEO de este santuario se halla un centenar de metros al noroeste de la cima del cerro, en torno a un grupo rocoso. Tres son los posibles elementos mágico rituales existentes en este lugar.   

Grupo rocoso en cuyo contorno se hallan varios elementos rituales.
Conjunto de hoyuelos y cazoleta. El más curioso, original, e interesante, de inequívoca función mágico-ritual, es un conjunto de cinco hoyuelos en torno a una cazoleta realizados sobre una piedra triangular de 1,3 m. de lado y 0,5 de altura, situada al pie y en la parte suroeste del berrocal. La cazoleta tiene 7 cm. de diámetro y 3 de profundidad y los hoyuelos 3,5 cm. de diámetro y 1,5 de profundidad, la mitad que la cazoleta. Cuatro de los hoyuelos, como hechos con un compás, equidistan desde su centro al borde de la cazoleta, 7 cm. Un quinto hoyuelo, apenas perceptible, se halla al doble de distancia de la cazoleta que los otros (14 cm) y con uno de los otros cuatro materializa la dirección NORTE-SUR. 

Conjunto de hoyuelos y cazoleta mágico-rituales.
Representación del posible calendario.
Curiosamente, aunque los cuatro hoyuelos equidistan de la cazoleta las distancias entre ellos son notoriamente distintas. También observé que la alineación de la cazoleta y del tercer hoyuelo por la izquierda determinan la dirección este-oeste, por lo que el conjunto en cuestión podría tratarse de un calendario. Eso, una especie de tablero para realizar prácticas mágico-rituales de adivinación arrojando sobre él, piedras, huesos, sangre, etc.; o cualquier otra cosa, pero es evidente que la persona que los labró, jugando con distancias, proporciones y alineaciones, no lo hizo al azar sino que representó algo que para ella tenía un significado mágico-ritual aunque no sepamos cuál. Y de ninguna forma una "garra de oso" como refieren algunos.  

Posibles ara de sacrificios y pozo sagrado. Unos metros al Este y Oeste del conjunto de elementos anteriores y seguramente relacionados con ellos, se encuentran otros dos de muy probable finalidad ritual.

Probable ara de sacrificios.
El primero de ellos, situado al Oeste, se trata de una aplanada y triangular roca, de aproximadamente un metro cuadrado de superficie que bien pudo haber constituido un altar de sacrificios cuya sangre resultante pudo emplearse en los rituales practicados en los elementos anteriores.

Probable pozo sagrado.
El segundo, situado al este de los hoyuelos, consiste en una cavidad oblonga, parecida a un genital femenino, de 1x0,4x0,3 m. (largo, ancho, fondo) quizás destinado a contener el agua necesaria para la práctica de los rituales (lavar los utensilios de los sacrificios, rituales iniciáticos, curativos, etc.), un pozo o recipiente sagrado similar a la pila de las abluciones del Tabernáculo hebreo, a las posteriores pilas bautismales cristianas, etc. La sugerente forma de genital femenino de este elemento podría tener relación con rituales mágico-religiosos de iniciación hacia nuevas confesiones religiosas, actividades sociales, etc.

OTROS ELEMENTOS

Pintura rupestre. Se encuentra en la cara norte de una espectacular roca situada extramuros junto a la puerta suroeste del segundo recinto. Representa un caballito de largo y erguido cuello, similar a los de las clásicas fíbulas, vettonas, de 11 cm. de largo y otros tantos de alto; y sobre su cabeza lo que podía ser un guerrero armado, de similar altura a la del equino. Un lugar de clara finalidad ritual destinada quizás a la protección de la referida puerta.   

Roquedo con pintura. 
Detalle de la pintura retocada.
Altar. Se halla unas decenas de metros al sur de la pintura, perdido entre pequeñas rocas y chaparros. Una aplanada roca (ara natural), en la que se ha practicado una cazoleta de 10 cm. de diámetro y 3 de profundidad. Colmatada de milenarios sedimentos naturales y musgo, pero inmutable al tiempo, llevaba más de dos milenios esperando el momento de ser descubierta.

Altar al sur de la puerta suroeste del segundo recinto. 
Altar. Un segundo altar, de características distintas al anterior y encontrado por casualidad, se halla a mitad de camino entre el castro y el pueblo de Chamartín, junto al camino viejo que transcurre al norte del cementerio. 

Se compone de una roca, sensiblemente prismática, de 1-1,5 m. de altura y 0,8 de grosor, dispuesta en forma de rampa ascendente hacia el cerro de Gorría, el más alto de la zona, situado al sur; y de una cazoleta ritual cilíndrica de 12 cm. de diámetro y 6 de profundidad, labrada en el centro de una superficie aplanada artificialmente.

Aspecto general del altar entre en castro y el pueblo.
Cazoleta ritual del altar situado al sur del cerro de Las Navas.

CONCLUSIÓN.

Aunque no espectaculares los elementos, presumiblemente cultuales de este castro, son verdaderamente originales y variados, en especial los situados en el cerro de las Navas cuyo lugar tiene cierto parecido con el altar que Noé levantó en el monte Ararat; los que erigió Abraham en una montaña al oriente de Betel y en la cima del monte Moria para sacrificar a su hijo Isaac; Moisés en el Sinaí, etc. Elementos que añaden un nuevo e importante atractivo a este castro de Chamartín pues dan pie a abordar el mundo de las creencias y prácticas religiosas de las gentes que lo habitaron.























martes, 9 de diciembre de 2014

LAS PIEDRAS RITUALES DEL CASTRO DE LAS COGOTAS.



El castro vettón de "Las Cogotas", se halla en el término municipal de Cardeñosa, Ávila, al noroeste del dique del embalse de Las Cogotas, ocupando dos cotas rocosas y un saliente que se alarga hacia el oeste. 



Como en el castro de Sanchorreja, nada se conocía en este lugar de posible funcionalidad ritual. Nada salvo una referencia recogida en algunas obras (“Santuarios Rupestres Prehistóricos en las Provincias de Zamora y Salamanca” y "Celtas y Vettones", por ejemplo), que afirmaba que un tal A. Souto, en fecha indeterminada, había documentado en este lugar "piedras trabajadas al estilo del santuario de Panoias" ¡¡¿?!!; pero nadie ha visto esas cosas y los que conocemos el lugar a fondo negamos tal existencia (consultar "santuario rupestre de Panóias"). 


Pero cosas de muy probable finalidad ritual hay, algunas de las muchas que debieron existir: humildes y extraordinariamente rústicas, pero de gran originalidad y belleza. Su olvido milenario terminó tras mi investigación y publicación en RASTRO SAGRADO. Parte de esas cosas son las que se exponen en este blog, sólo falta tener la sensibilidad de reconocerlas y de apreciarlas.

ALTAR. Humilde en extremo pero genuino y extraordinario, el hallazgo de este altar, situado en la ladera este del primer recinto dando vista a la presa de Las Cogotas, me produjo una gran satisfacción pues sacar un elemento como este del olvido milenario para incorporarlo a la HISTORIA, vale todos los esfuerzos que se puedan realizar en este sentido.


Altar rupestre compuesto por dos rocas.

Se compone por dos rocas, una grande, de forma cónica, de 2 m. de alto, donde se encuentra la cazoleta ritual; y otra pequeña, de 0,8 m. de altura, ovalada y calzada, que hace de escalón para alcanzar la parte alta de la anterior; La roca mayor presenta además como elementos de culto: dos desconchones que hacen la función de escalones situados por encima de la roca pequeña; un burdo escalón, centrado en la parte alta de su lado oeste; y, una perfecta cazoleta ritual con forma de casquete esférico, de 10 cm. de diámetro y 3 de profundidad, totalmente disimulada, en el momento de descubrirla, por sedimentos naturales y musgo.  

La cazoleta y el escalón superior se alinean en dirección Este-Oeste pudiéndose situar la persona oferente con la mirada dirigida en uno u otro sentido.  

Primer plano de la cazoleta ritual y escalón superior del altar. 

Representación gráfica del conjunto del altar.

La rusticidad de los elementos que lo constituyen y su situación, fuera de lo que debió ser el recinto protegido del antiguo poblado del Bronce, hacen posible que su sacralidad se remonte al referido tiempo.

Probable SANTUARIO. Unas decenas de metros al este del anterior elemento, se hallan otros dos de muy probable finalidad ritual que pudieron formar parte de un nuevo altar o santuario rupestre.

Peldaños de probable altar. 

Escalera-altar. El primero de ellos y más importante, de cuya presencia me advirtió Juan Antonio, se trata de un probable altar: uno de esos altares rupestres que raramente cuentan con escalones. Es verdad que también podría tratarse de un elemento doméstico, el acceso a una vivienda por ejemplo, pero ni en este castro ni en el de Ulaca, pese a las muchas entalladuras de finalidad doméstica que presenta (encaje de vigas, bancos, etc.), existe ni un solo elemento semejante a este. Es por tanto muy improbable que alguien realizase en un humilde hogar de esta zona del castro, un trabajo que no se ha realizado en otras casas más importantes del poblado.

El elemento en cuestión al menos en lo que se aprecia de él, pues está semioculto por tierra, piedras y “chaparros”, consiste en dos escalones: el primero, de 35 cm. de altura y 25 de huella; y el segundo, de 25 cm. de altura y 80 de huella, ¡¿?!, demasiada para tratarse de un simple escalón y, sin embargo, la adecuada para tratarse de la grada superior de un altar donde se situaría el oficiante del ritual. Además, el segundo escalón presenta en su lado norte, una especie de rebajada balaustrada de 30 cm. de anchura y 20 de altura, elemento que refuerza la idea de que se trata de un altar rupestre y no de una vulgar escalera doméstica.

Cazoleta ritual junto a la escalera. 

Cazoleta. Además, al pie del anterior elemento, sobre una pequeña roca situada un par de metros hacia el este, hallé días después una pequeña pero inconfundible cazoleta ritual, de 16cm. de diámetro y 6 de totalmente oculta por la tierra y otros sedimentos naturales; elemento que parece confirmar la idea de que en este lugar, desde el que se contempla una espectacular panorámica hacia el este, se situó uno de los muchos santuarios rupestres, con que contó este castro. En cuanto a su función, además del quemado de hiervas aromáticas, libaciones, luminarias, etc., esta cazoleta pudo estar destinada a recibir la sangre procedente de los sacrificios realizados en el altar inmediato.

CAZOLETAS-ALTAR.  Como ocurre en Ulaca, dispersas por numerosos lugares del castro generalmente junto a viviendas, se encuentran numerosas cazoletas de muy probable uso ritual: ALTARES, en definitiva.

Pila y cazoleta ritual con canalillo próximas a la cogota norte. 
Cazoleta ritual sobre una roca prismática situada
frente a la puerta principal del castro.
Altar compuesto por una cazoleta ritual y dos burdos
escalones en lo que fue un barrio extramuros
en la parte noreste del castro.

ROCAS OVALADAS. Se trata de varias piedras sensiblemente ovaladas de considerable tamaño (unos dos metros de alto y uno de ancho), en su día enhiestas pero tendidas hoy y dispersas por la parte alta y el extremo septentrional de la cogota norte.



Nadie ha reparado en la existencia de estas piedras y aunque su probable función es difícil de determinar, por su similitud con una del mismo estilo hallada en el Santuario de San Mamede de Villardiegua de la Ribera ( Zamora) que representa un ídolo; y sobre todo, por el lugar donde se encuentran, es muy probable que desempeñasen una función mágico-ritual aunque no sepamos cual. El desconocimiento del número de piedras que existieron y las posiciones que ocuparon tampoco ayuda a adivinar la función que desempeñaron pero pudieron haber servido para materializar alineaciones, inclinaciones de los rayos solares, etc., CALENDARIOS, en definitiva para medir el tiempo.


Enorme roca ovalada, con base para ponerla vertical,
en la parte oriental de la cogota norte.

POSIBLE PETROZOOMORFO. Salvo multitud de piedras de molino e ingentes cantidades de cerámica doméstica procedente de hogares e industrial en forma de adobes, casi nada, desde el punto de vista cultual, hallé en el segundo recinto del castro.



Casi nada pero me llamó la atención una enorme roca, con forma de pez, que casi cubre el agua del embalse cuando está lleno, a la que, presuntamente, se le ha practicado un supuesto ojo, donde éste debía tenerlo. 



¿Lo han hecho los vettones, algún gracioso, quizás la naturaleza,...?. Me inclino por lo primero y, por supuesto, con una intención mágico-ritual dirigida a los peces (quizás propiciar su captura), los cuales debían formar parte de su dieta. Y en este sentido, significar que, precisamente, en este castro, han aparecido vasijas de cerámica decoradas con ciprínidos.


Petrozoomorfo con forma de pez en el recinto segundo del castro.

CONJUNTO DE CAZOLETAS. Aunque los busqué con interés, no fue hasta principios de junio del año 2008, cuando descubrí el primer conjunto de cazoletas de este castro, precisamente en su parte este, próximo al camino que desde el dique de Las Cogotas lleva hasta la acrópolis del castro. En pleno campo de piedras hincadas, aunque pocos saben de la existencia de tales artilugios defensivos en esta zona.


Vista general del lugar donde se encuentra el conjunto de cazoletas.

En este lugar, formando cabaña, se halla una gran lancha de piedra de varios metros cuadrados de superficie calzada, al parecer intencionadamente, con una roca que a su vez se apoya sobre otra cuadrangular situada sobre el suelo.

Distribución de las cinco cazoletas
situadas bajo la gran lancha.

Pues bien, sobre la referida roca cuadrangular que cobija la lancha, encontré cinco pequeñas cazoletas de 5-8 cm. de diámetro y 0,5-2 de profundidad, formando una figura sensiblemente cuadrada con una de ellas en su centro. 



Pero aún más interesante que lo anterior son las seis cazoletas de distintos tamaños, curiosamente dispersas, que se encuentran unos metros al suroeste de la referida lancha sobre una superficial roca que forma un pequeño escalón. Tres de ellas, de 7-10 cm. de diámetro y 0,5-2 de profundidad, dispuestas en ángulo obtuso, cuyos centros distan entre si 12 y 17 cm, se hallan en la parte alta del referido escalón; y otras tres, de 8-14 cm. de diámetro y 1-4 de profundidad, distanciadas entre sí 18 y 34 cm., en la parte baja del escalón, alineadas en sensible dirección norte-sur, con la de mayor tamaño de todas ellas en el extremo norte.


Aspecto y distribución de las seis cazoletas situadas
al suroeste del refugio rocoso.
En cuanto a lo que pudo representar este conjunto de cazoletas es difícil pronunciarse y más si consideramos que los canteros han podido hacer desaparecer parte de las que existieron, pero posible sería, como en otros casos, que tuviesen relación con el Sol, la Luna y Venus, a los que parecen corresponder los tamaños de las tres inferiores; con los puntos cardinales, pues además de parecer determinar las tres inferiores la dirección Norte-Sur, la de mayor tamaño de las inferiores con la intermedia de las tres superiores determina la dirección Este-Oeste; con dos triadas divinas, seis son los peldaños que tiene la escalera corta del gran altar de Ulaca; etc. 


Añadir que sorprende verdaderamente el que las gentes de este castro de Las Cogotas que tan alto nivel artístico alcanzaron en la fabricación de armas, objetos de adorno, herramientas de trabajo, cerámica e incluso verracos (cuyos ejemplares superan en perfección artística a los de otros castros abulenses), y que tan “exaltada heliolatría” les supuso el arqueólogo Juan Cabré, pusiesen tan poco interés en la elaboración de sus elementos de culto.


Dique y castro de las Cogotas. Cardeñosa, Ávila.